Biología:
La metamorfosis de la mosca es compuesta, ya que un huevo depositado en basura o estiércol produce una larva en cuestión de 8 a 30 horas.  Una vez desarrollada la larvita blanca, se encierra en la tercera muda que se oscurece en poco tiempo, formando una coraza inmóvil que se llama puparium o pupa, dentro de la cual se transforma la larva en insecto adulto o mosca en cuestión de 3 a 10 días. Una mosca puede vivir de 19 a 30 días promedio.  Normalmente una mosca hembra produce entre 100 y 150 huevecillos por cada ovopositura, y tiene de dos a siete ovopositura en su vida.

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Daños que provocan:
Las moscas, por sus hábitos sucios, son conductoras de miles de bacterias.  En cada mosca se ha llegado a encontrar un promedio de 1’250,000 bacterias; son transmisoras de enfermedades como la fiebre tifoidea, diarrea de verano, las amibas, la disentería bacilar, el cólera, la poliomielitis, parásitos, etc.  Estas enfermedades las trasmite la mosca desde excrementos, cadáveres y basura, hasta los alimentos, la piel, los ojos, la boca, los biberones, etc.
Identificación y localización:
Estos insectos prefieren la luz solar y se les encuentra en todos los lugares, desde baños, pasillos, cocinas comedores, hasta laboratorios y quirófanos.​

Medios de combate:
La presencia de moscas es un indicio inequívoco de la falla en recoger adecuadamente los sobrantes de alimentos, basura, excreta y otros desperdicios orgánicos. Las trampas eléctricas o telas de alambre electrificadas son eficientes para eliminar a las moscas adultas.